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Mensaje de Navidad |
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Me alegro como un niño en la fiesta de Navidad. Una fiesta que hace soñar: sueño de luz, sueño de paz, sueño de un recomienzo siempre posible. Es también el sueño de un Dios que viene a vivir entre nosotros. Va a saberlo todo de nuestra humanidad para hacerla renacer a su imagen. Es una maravillosa promesa que sobrepasa todas nuestras expectativas. |
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Navidad sorprende con la venida de un niño, un niño que viene de lejos: es un extranjero. |
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Rostro de niño, rostro de extranjero. Rostros reveladores de lo que somos. |
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En Belén, el niño se manifiesta en toda su dignidad. En él se da el encuentro de Dios y el hombre, de lo divino y de lo humano. |
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El extranjero le debe su carta de nobleza al niño de Belén. Jesús nació en el transcurso de un viaje. En una ciudad donde no quedaba lugar para una pareja de paso. |
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El niño y el extranjero son mensajeros que nos introducen en el misterio de la Navidad. |
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Con este espíritu me encuentro en Cuba para defender a cinco cubanos, encarcelados desde hace más de 10 años en USA. Pasarán la Navidad, una vez más, lejos de sus familias. |
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El 26 de diciembre, iré a Gaza, viniendo del Cairo. Para una gran marcha internacional. Una marcha por la paz, con los palestinos de Gaza que ya se alegran de acogernos. |
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El mundo tiene necesidad de paz. Es urgente poner fin a las guerras de Afganistán y de Irak. La opinión internacional lo reclama. Soldados enviados a este país, mueren como unos héroes inútiles. Están también los muertos de la resistencia afgana e iraquí, y los millares de mujeres y de niños víctimas de estas guerras. Cada día que pasa es un día de más. |
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La paz es cosa de todos nosotros. |
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Ojala se encuentren niños y extranjeros en vuestro camino para abriros a la dulce paz de la Navidad. |
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Una paz que os acompañe a todo lo largo del nuevo año. |
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Jacques Gaillot
Obispo de Partenia |
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