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• Lista negra |
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• Se apagó una estrella |
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• La Pascua está cerca ahora |
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• La revuelta de los cocineros |
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Lista negra |
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Junto con unos resistentes iraníes, jueces y abogados ingleses y franceses, acudí a la Corte Europea de Justicia del Luxemburgo. Dicha Corte tenía que emitir su veredicto sobre la retirada de la Organización de los Mujaidines del pueblo de Irán (OMPI) de la lista terrorista.
Fundados en 1965 con la finalidad de derribar el régimen del Shah, luego el régimen islamista, los Mujaidines del Pueblo, prohibidos en Irán, son considerados come un grupo terrorista por la Unión Europea y por los Estados Unidos después de la tragedia del 11 de septiembre. |
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La OMPI se presenta como la principal organización de oposición al régimen de Teherán. |
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La Unión Europea colocó la OMPI en la lista negra deseosa de complacer a Teherán. La etiqueta de terrorismo, que le colgaron a esta organización, fue motivada políticamente y sirvió para favorecer las relaciones comerciales con Irán.
En los hechos es muy difícil conseguir que los retiren de la lista negra. Sin embargo, la lucha jurídica sigue adelante desde hace años de mano de numerosos especialistas del derecho y abogados que no bajan la guardia.
El Abbé Pierre siempre fue amigo y defensor de los Mujaidines. Había escrito a la Presidencia del Consejo de Europa: « ¿Cómo podemos dejar que traten esta organización, respetuosa de los Derechos Humanos, a la misma altura que las organizaciones terroristas? » |
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En la Corte europea, los alegatos de los abogados y las preguntas pertinentes del juez me dieron esperanzas. Esperemos el dictamen de la Corte. |
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Se apagó una estrella |
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John es un joven de 19 años, oriundo de Kenya. Había solicitado asilo para quedarse en Francia. Su solicitud fue rechazada. Presentó un recurso. La Corte Nacional del derecho de asilo rechazó su recurso. Cuando John se enteró de la noticia, su vida dio un vuelco. Entendió que ya no tenía futuro y se ahorcó en su habitación. |
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Encontraron una carta a su lado explicando su gesto desesperado: más vale morir en Francia antes que volver a Kenya donde la muerte lo esperaba. Se apagó una estrella. |
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Nos congregamos unas cincuenta personas, en las afueras, delante del edificio donde se produjo el drama.
La foto de John está colgada en el portal con un bonito ramo de flores. Con emoción, tomamos la palabra uno tras otro.
John era un atleta de alto nivel, socio de un club de atletismo. Sus compañeros del club redactaron un comunicado que me parece muy digno:
« ¿Qué hemos hecho, o no hemos hecho, para que un joven de 19 años, con toda la fuerza y la ilusión de su edad, sonriente, discreto, con razones para vivir, con quien corríamos varias veces a la semana, se haya visto abocado a cometer un acto semejante? |
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Queremos interpelar a los representantes y los garantes de nuestras instituciones. No queremos que olviden a John, nuestro amigo. No queremos que se haya muerto para nada. »
200 personas se dieron cita delante de la Corte Nacional del derecho de asilo. Una delegación fue recibida por su presidente. Fue un encuentro decepcionante. |
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La Pascua está cerca ahora |
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Myriam y Marc vienen a compartir la comida de la comunidad. Me hace feliz estar con ellos. Les quiero mucho. Conocieron la calle, durmieron en la calle, como todos los que no tienen vivienda y a menudo tampoco trabajo. Pero después de una larga marcha del combatiente, salieron adelante.
Hoy, junto con un tercer cómplice, hacen teatro. Escenifican lo que vivieron en el día a día, sin hacer trampa, con sus propias palabras. ¡Descubrimos el foso que existe entre lo que viven y las preguntas que se plantean las personas que vienen a verlos! Como se puede no entender que los que viven en la calle son seres humanos como nosotros.
¡Su obra de teatro me pareció extraordinaria, autentica y conmovedor! En cada sesión al público se le remueve algo por dentro. |
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Myriam y Marc dan testimonio de que nunca se debe perder la esperanza por alguien que vive en la calle. Nadie es irrecuperable. Se pueden salvar pero no tienen que quedarse nunca solos. La solidaridad es indispensable.
La Pascua está ahí muy cerca. Con su mera presencia, Myriam y Marc me dicen que ya es Pascua, sin esperar. Salieron de sus tumbas. El amor les abre a los demás. Sus manos se alzan hacia los excluidos. No pueden tener éxito en la vida sin permanecer solidarios de los más desfavorecidos de la sociedad. Para ellos, vivir es luchar. |
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Su testimonio evoca para mí esa fabulosa palabra del apóstol Juan: « Nosotros sabemos que pasamos de la muerte a la vida cuando amamos a nuestros hermanos. » |
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La revuelta de los cocineros |
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Son nueve los que trabajan en un gran restaurante de París: cocineros, pinches, camareros, limpiadores. Ocho de ellos vienen de Malí, uno de Costa de Marfil. Estos trabajadores sin papeles saben que los explotan desde hace años. ¡Sin ellos el restaurante no podría funcionar y la dirección sacar sus pingües beneficios! Estos trabajadores de la sombra se arriesgan y se ponen en huelga para conseguir su legalización y dejar de ser tratados como parias. |
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A las11h de la mañana, los 9 paran su trabajo y vienen a sentarse a los banquillos del restaurante con su ropa blanca y su casquete blanco en la cabeza, mientras los sindicalistas y los militantes de las asociaciones, avisados de antemano, invaden el local. Afuera, las banderas cubren las fachadas de este prestigioso lugar.
La sorpresa es mayúscula y la vida del restaurante queda paralizada. Los medios acuden veloces y nuestros cocineros son sus estrellas.
« Trabajé 11 horas al día, durante 4 meses sin coger vacaciones y sin pausa »
« Cuando cogemos nuestro mes de vacaciones, nos obligan a dimitir. Al volver al restaurante, la dirección reduce nuestro sueldo durante dos a tres meses y nos hace firmar un nuevo contrato de trabajo. »
« Durante nuestro horario de servicio, no paramos para comer. »
« Tenemos que comprar y lavar nuestra ropa de trabajo. »
« Tenemos nóminas, pagamos impuestos, cotizamos a los seguros de enfermedad… »
« Yo trabajo aquí desde hace años y sigo sin tener papeles. Queremos que nos legalicen.
Para nosotros es una cuestión de justicia. »
La dirección acude al lugar. No se atreve a llamar a la policía porque no está en regla ya que contrata a ilegales. Podrían ir a juicio. Comienza un pulso. |
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Cada día, me alegro de encontrarme con los les « 9 » que duermen en el comedor del restaurante. Su solidaridad no tiene falla. Sienten mucho apoyo a su alrededor. Saben que si ganan, muchos trabajadores sin papeles también saldrán ganando a su vez.
Y eso es lo que ocurrió. Consiguieron su legalización. ¡Qué alegría! |
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