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• En Brujas |
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• La cuestión Kurda |
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• El relicario y las lonas de las tienda de campaña |
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• Un impulso exspiritual |
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En Brujas |
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Disfruto volviendo a ver esta ciudad deslumbrante mientras el sol comienza a desaparecer en el horizonte. Pero más disfruto volviendo a ver a esos rostros queridos que me acogen con alegría, en especial a Jan, fiel traductor en neerlandès de los textos del sitio de Partenia. |
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Un sacerdote organizó una convivencia vespertina con unos cuantos amigos de Partenia, en su casa, en torno a un aperitivo y una abundante bandeja de quesos. Mientras dialogamos, se va a buscar un archivador que contiene fotos y artículos de prensa de enero 1995 con ocasión de mi revocación de Évreux.
« Un millar de persones se han congregado en la catedral de Brujas » recuerda. Estoy agradecido a mis amigos flamencos por esta movilización.
Después de la velada, Jan me lleva a dar una vuelta por la ciudad iluminada. ¡Una maravilla! puro placer para la vista.
Al día siguiente, se celebraba el encuentro anual del movimiento « El Evangelio en la vida » y el de « Por la democracia en la sociedad y en las Iglesias».
No me canso de mirar los rostros de todas esas personas que vienen de todas partes. Rostros cargados de experiencia, que expresan la alegría de referirse al hombre de Nazaret que tiene palabras de vida. La multitud que había invadido la catedral en el 95 prosigue su camino. Un camino de madurez. |
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Esas personas son más sensibles al mensaje evangélico de libertad que a la institución del a Iglesia. Buscan las fuentes que quitan la sed sin quedar satisfechos con las prescripciones de la ley. Para ellas es vital practicar la justicia y el amor trasladándose allí donde los seres humanos se encuentren heridos o abandonados.
¡Cómo no alegrarse por ello! La semilla evangélica cayó en buena tierra. Esta asamblea no necesita sobrevivir. Está llamada a renacer.
¡Encontrarse con ella, es aún mejor que Brujas la nuit! |
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La cuestión Kurda |
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Me invitó a Estrasburgo, donde la comunidad kurda es numerosa, el presidente de la asociación de «Los amigos del pueblo kurdo». Este pueblo, olvidado por la historia, sigue sin tener Estado. |
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Se encuentra en Turquía (15 millones), en Irán (6,3 millones), en Irak (4,5 millones), en Siria (1,7 millón).
Los Kurdos de Turquía reclamaron en vano una autonomía cultural y política. En el 1984, comenzó la lucha armada con el PKK, el partido de los trabajadores del Kurdistán. Durante 15 años, este conflicto provocó más de 35 000 muertos. Miles de aldeas del Kurdistán fueron arrasadas y casi dos millones de desplazados vinieron a engrosar los barrios chabolistas de Estambul y Ankara.
En el año 1999, el jefe del PKK: Abdullah Ocalan fue detenido. Se proclamó el alto al fuego. Pero en el 2004 la guerrilla retoma la lucha. El PKK se posiciona en las montañas de Irak que bordean Turquía. Cien mil militares turcos están apostados masivamente en la frontera, dispuestos para intervenir.
El presidente me pide que tome la palabra en primer lugar. Lo cual a mí no me gusta hacer. Escuchar a los demás me permite calibrar mis propias palabras. Frente a mí se encuentran los kurdos con su hermoso bigote negro. |
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El pueblo kurdo evoca para mí el pueblo palestino. Dos pueblos que luchan desde hace tantos años por su autonomía. Pero la solución no es militar. Reside en la negociación política. |
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Un diputado europeo italiano interviene a continuación.
Hasta ahora, la comunidad internacional adoptó una política de complacencia con respecto de Turquía ya que los temas económicos y estratégicos que están en juego son importantes. Hoy día, la situación está progresando gracias al lugar que ocupa el Kurdistán autónomo de Irak. La cuestión kurda está de actualidad, hoy más que nunca.
La velada se termina con un delicioso buffet preparado por nuestros amigos kurdos. |
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El relicario y las lonas de las tienda de campaña |
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Cuando acudo a ver a las familias que acampan bajo las pequeñas tiendas rojas cerca de la Bolsa de París, no dejo de ir a continuación a la Basílica de Notre Dame des Victoires –Nuestra Señora de las Victorias- muy cercana. Por un lado, la calle con sus eslóganes, sus gritos, su ambiente militante, por otro, una iglesia llena de gente, con un clima de oración y paz. |
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¿Por qué está esta multitud en la iglesia? Porque están las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús. Diviso velas encendidas en gran número. Mujeres arrodilladas que rezan con una mano colocada sobre el magnífico relicario. Sobre el altar, muy cerca, está la famosa estatua de Nuestra Señora de las Victorias que había dejado huella en Teresa de Lisieux a su paso por esta iglesia. En el coro, el Santísimo está expuesto. En la nave lateral, los visitantes descubren la exposición sobre Santa Teresa. |
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¿A toda esta gente que pasa por esta Basílica les preocupa la gente con mala vivienda que van a pasar la noche bajo la tienda? ¿Se habrán enterado siquiera?
Tengo la impresión de que se trata de dos mundos que no se encuentran. Por una parte, una viene a rezar junto a las reliquias de Santa Teresa, por otra, se viene a apoyar la lucha de los que tienen una mala vivienda. |
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La noche cayó. Hace frío. Vuelvo para mezclarme con el público que está junto a las tiendas rojas. Decía para mis adentros: «Bajo cada una de estas tiendas, está un ser humano. El ser humano, lo vivo, eso es lo sagrado. Es mucho más que unas reliquias».
Al alba, las fuerzas de policía vinieron a quitar las lonas de las tiendas y a expulsar brutalmente a todos los que se encontraban en ellas. En cuanto a las reliquias de Santa Teresa, salieron, llevadas en procesión hacia otra basílica: la del Sagrado Corazón de Montmartre. |
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Un impulso exspiritual |
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Acudí a la región de Stuttgart, a Göppingen, en esos días de otoño en que los árboles visten sus más lucidos ropajes. En la parroquia que me invita, han organizado una intervención mía a la noche, con diálogo a continuación con la asamblea. El domingo por la mañana, la celebración eucarística finalizará con la comida compartida. |
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Durante esas pocas horas que pasamos juntos, he estado atento al desplazamiento que puede producirse en las relaciones humanas. ¿Se modificará en ambiente? ¿Pasará un soplo por la asamblea? Nunca está ganado de antemano. Pero ocurrió algo que nos acercó unos a los otros. Las personas presentes vencieron su reserva y a veces su miedo para abrirse a los demás. Cuando perdemos este miedo que tenemos del otro, encontramos hermanos. Experimentar la sencillez del encuentro, más allá de los prejuicios, de las funciones, de las máscaras. Poder acceder al ser humano en una relación de confianza. |
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Yo contaba una anécdota reciente: un día que yo visitaba a un preso, alguien me dijo « ¿Qué ha hecho? » Yo respondo: « No tengo idea. Nunca me lo pregunto ». « ¿Pero es creyente? » Nuevamente contesto: «No tengo idea »
« Entonces, me dice, ¿de qué han hablado? » « Escuché a un hombre que me contó su sufrimiento ».
Los rostros se asemejaban a los árboles otoñales que desprenden luz: llevaban la alegría del encuentro. |
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