carnet de route
 
Pierre de Locht se ha ido  
En un pueblo de Ardèche  
Encuentro en Lisboa  
   
   
Pierre de Locht se ha ido  
   
Pierre de Locht Pierdo a un amigo que supo estar cerca desde mi salida de Evreux en 1995. Acudí a su funeral, con mucha emoción, en la catedral de Bruselas, llena de gente, de amigos y familiares. Valoré que la celebración tuviese lugar en la catedral. Para ese sacerdote, teólogo, moralista, sancionado por la Iglesia, ¿no era un modo de reconocerlo?
Mirando su féretro, colocado en el mismo suelo, repasaba estos diez últimos años en que Pierre venía con regularidad a París para trabajar en nuestro «  Catecismo con sabor a libertad » y en los comentarios bíblicos. Disfrutábamos trabajando juntos, confrontando nuestros puntos de vista, enriqueciéndonos mutuamente con el pensamiento del otro.
 
   
Pierre, a quien la Iglesia había hecho sufrir, era muy humano. El niño que llevaba dentro se maravillaba fácilmente de las cosas de la vida, con una mirada positiva sobre las personas. “Me sorprende, decía, ver el eco que tienen mis libros en la opinión. Mucha gente se siente identificada y se siente liberada»
Le gustaba mucho el título que yo le había puesto a mi primer libro: « Ils m’ont donné tant de bonheur -Ellos me han dado tanta felicidad-  (no se encuentra traducido al castellano)». Se reía diciendo « ¡Que un obispo pueda decir eso de la gente de su diócesis es maravilloso! »
 
   
La misa se terminaba con la última despedida de aquél que tanto nos había dado. Yo recordaba en ese momento una hermosísima página de su libro publicado poco antes de su muerte. Pierre describe con profundidad la última etapa de su vida, invitando a acoger un más-allá que no se conquista sino que nos es dado:
« Todo, en esta etapa, deja el sitio para el silencio. El control sobre nuestra propia vida, nuestros méritos y virtudes, nuestros pretendidos derechos a una recompensa, e incluso nuestras ideas sobre el más allá, sobre una bienaventuranza eterna, todo eso ya no tiene peso. Es el silencio –y acaso incluso cierto silencio de Dios- necesario para que subsista únicamente, en ese momento, la confianza. Ya no hay viático o provisión para el camino. Se trata de confiar, con una confianza que nada viene a estorbar, a debilitar, a limitar. Confianza llevada al extremo.
El silencio que se impone en esa fase última, es ante todo nuestro propio silencio: el silencio de todo lo que nos animó, nos hizo combativos, creadores; el silencio de nuestras ideas sobre Dios, de nuestras imágenes del más allá... Todo lo que suele tranquilizarnos o preocuparnos. Para que sólo permanezca la espera confiada: « ¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! »(Marcos 10,23)
 
   
¿Es también el silencio de Dios? ¿Quién puede decirlo? En cualquier caso, nuestro silencio, compuesto únicamente de abandono, es indispensable para dejar el sitio a la ternura de Dios, el único que puede dar sentido, vida, alegría, a este paso. A esta Pascua. » (Chrétiens aujourd’hui. Un engagement contradictoire ? –Cristianos hoy. ¿Un compromiso contradictorio?- » p.94
Así es como mi amigo Pierre se marchó.
 
   
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En un pueblo de Ardèche  
   
Ardèche holder Me invitaron a Saint-Michel-de-Chabrillanoux, municipio perdido en las montañas, de la FSU (Fédération syndicale unitaire de l’Ardèche).
 
   
Un sindicato que no tiene nada que ver con la Iglesia, pero que se arriesgó a invitarme. Hubo dos debates y dos conciertos. ¡Afortunadamente a mí me han programado para los debates!
Llegué en el TGV (tren de alta velocidad) a Valence, una mujer desconocida me recogió en su coche y me a las montañas. No tardó en plantearme sus preguntas y sus dudas: « ¿Es usted feliz de creer? ¿Y la vida después de la muerte? La resurrección de Jesús no puede ser cierta. ¿Qué opina, yo no soy creyente sino que estoy buscando?
Sabiendo que quedaba una hora de coche, ya me sentía cansado. 
 
   
« Usted está buscando, le repliqué, y por tanto está en camino. Yo que conozco la alegría de creer, tal vez no esté buscando ya suficientemente ».
En Saint-Michel-de-Chabrillanoux, hay una iglesia católica en el extremo del pueblo, y una iglesia protestante de idéntico volumen, en el otro extremo. Esta región vivió durante mucho tiempo las duras rivalidades entre católicos y protestantes. En el centro del pueblo, en la plaza, hay un bar. Es un lugar de vida. Sin dudar, entro para saludar a la gente.
En una larga mesa, se presentan los platos del país y productos de la viña. Es la abundancia de la fiesta. Cada uno se sirve y va a sentarse a la mesa con otros.
 
   
La fiesta deja paso luego a las intervenciones que tratan de la mundialización salvaje, el lugar del continente africano, la política francesa de inmigración. Existe un colectivo « Désert rebelle –desierto rebelde-» que milita por una cultura equitativa. Muchos tienen vínculos con África y comparten su experiencia.
liée à l'Afrique
 
   
Un periodista me confiesa « Aquí, todos pensáis lo mismo. No hay lugar para la contestación ».
Y le respondo: « ¡Mejor así! Es un descanso. »
 
   
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Encuentro en Lisboa  
   
Es el 17º encuentro de las Redes Europeas Iglesias y Libertades. Cristianos venidos de diferentes países de Europa que aprendieron por experiencia que el mundo actual se construye rebasando las fronteras: las fronteras culturales, políticas, religiosas, geográficas, históricas... Admiré a estos cristianos modelados por la apertura y el intercambio, que tienen a la humanidad por horizonte.
échanger
 
   

Signo de apertura, me pidieron en seguida que constituyeses un taller sobre África. Los lazos son múltiples entre Europa y África. Hay situaciones intolerables como las de Darfur. Es preciso hacer propuestas de información y de acción en el ámbito de las instituciones europeas.
En África se dan acciones valientes llevadas a cabo por cristianos, religiosos-as, obispos que se comprometen por la justicia. También documentos entre los cuales algunos son proféticos. La información ha de darse a conocer.
Yo tenía que hablar con una mujer portuguesa sobre “El pueblo de Dios en un mundo en movimiento ».
 
Tuve la suerte de tener delante de mí a cristianos en libertad, que encuentran en su camino a personas de todos horizontes. Vivencian la experiencia decisiva que Jesús vivió. El hombre de Nazaret se encontró con gentes que, dentro del marco de la Ley, nunca habrían tenido la suerte de encontrar a Dios.  
   
rencontrer Dieu En el convento de los dominicos de Lisboa, la Eucaristía clausura el encuentro. Una eucaristía de Pentecostés, con ritmos africanos, en la que cada una y cada uno pudo tomar la palabra en su idioma.