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Acogiendo en la Navidad al Príncipe
de la Paz en nuestra tierra, nos convertimos en mujeres y hombres
de paz. Estemos en donde estemos, o cualquiera que sea lo que
hayamos hecho, estaremos habitados por la Paz de Dios para toda
la humanidad. |
Alegrémonos de comenzar el año 2005 con estos sentimientos.
Iremos hacia todos los que, desde las cuatro esquinas del mundo,
llevan la paz a veces en sus brazos.
Enero de 1995 - Enero de 2005: ¡diez años ya! Diez
años apasionados y duros. Mi corazón está
lleno de agradecimiento hacia Dios y hacia todos vosotros. Se
ha ensanchado a lo largo de los años gracias a vosotros.
Diez años de luchas, de esperanzas,
de dignidad. ¡Quien podrá contar en el pueblo de
Partenia tantas risas y tantos gritos! |
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Esta fiesta es primero la vuestra. Muchos de vosotros han tomado
la palabra en esta ocasión. Vuestras palabras son semillas
de humanidad que serán recogidas en un libro el año
que viene.
A finales de enero aparecerá un libro en francés
"Carnet de route" que retoma lo que he escrito cada
mes en la página de Partenia al hilo de los acontecimientos
vividos.
El sábado 15 de enero, en la Bourse du travail de Paris,
un encuentro simple y festivo reunirá a los amigos de
Partenia. ¿Cómo tener ánimos para mañana
si no nos alegramos hoy?
Para este aniversario, la página de Partenia ha cambiado
de aspecto. Esta edición especial pasa una página
para mirar mejor hacia el futuro.
Estoy recordando las palabras de Jesús a Natanael: «Verás
cosas más grandes aún».
Dios puede hacer nuevas nuestras vidas, haya pasado lo que haya
pasado.
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- Estos diez años avivan nuestro
deseo de lo que se hará en el futuro. La mies está
ante nosotros. El lento germinar de lo que hemos sembrado en
la tierra producirá un día su fruto. Ya vemos los
brotes de la primavera.
Que la dulce Paz de Dios habite en vosotros a lo largo de los
días de este año.
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