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YA ESCAMPÓ
Cinco años de diálogo discreto pero tenaz.
Cinco años de lucha para denunciar la injusta decisión
de 1995. Cinco años de textos y de citas para que Jacques
Gaillot sea finalmente reconocido como "obispo de los sin".
En el centro de este buen combate: Partenia 2000. Relato.
"Saló del purgatorio", "Reconciliado
con sus iguales", "Reconocido como obispo de los excluídos
". No ocultemos nuestra alegría bajo una discreción
demasiado modesta. El intercambio de cartas entre Louis-Marie
Billé y Jacques Gaillot es una victoria para todos los
que han considerado escandalosa la expulsión del obispo
de Evreux, en 1995, por el Vaticano y para todos los que, de
cerca o de lejos, se reconocen como fieles de Partenia.
Este acuerdo es el fruto de un año de incansables esfuerzos
para dialogar con los obispos. Desde su creación, Partenia
2000 se ha dado como objetivo mantener un diálogo con
los responsables de la Iglesia católica, para no dejar
enterrar "el asunto Gaillot". Hacer Iglesia de otra
manera ha sido muy difícil. ¿Cuantos ha dejado
de responder a nuestras cartas, a nuestras llamadas? ¿Cuantos
nos han dado cita tres o cuatro meses después de nuestra
solicitud? ¿Cuantos Han fingido que nos comprenden, replicándonos
que "nuestro combate no tenía salida"? Aunque
el nuncio apostólico en Paris nos recibía el 15
de enero de 2000, es preciso recordar que fue gracias a la presión
de una manifestación que reunió a miembros de Partenia
venidos del extranjero y de toda Francia, acompañados
de varios cientos de sin-papeles?
No es necesario ser un gran clérigo o un gran teólogo
para admitir que la fe en Cristo invita a unas rupturas. Con
nosotros, en nosotros, él rompe las ligaduras serviles
a las autoridades, a los opresores, a todos los poderes faraónicos.
¡Que de veces nos hemos opuesto a la Institución,
confundida con un inmutable credo! A los que se ríen burlonamente
cuando se evoca a Partenia, sugerimos une religión diferente
de la de los Grandes Sacerdotes, protectores del Templo, otra
autoridad que la de Roma, que pone murallas contra toda evolución
política y son los defensores del "desorden establecido".
¡Nosotros replicamos gozosamente que la historia de la
Iglesia no se escribe únicamente con unos cuantos obispos
o algunos clérigos, sino con todos los cristianos! Los
que acompañan a Jacques Gaillot en el camino de Partenia
aman la libertad, no han nacido de un agua menos viva que los
canonistas más o menos patentados por los órganos
oficiales, expertos en cristianismo centralizado y ultramontano. |
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Un obispo diferente
"Cantare non extra chorum sed in choro". Jacques
Gaillot no canta en el coro. ¡Que de veces nos han repetido
esta frase de Juan Pablo II, como una antífona!
Poco importa que el coro cante desafinado. O que los cantores
hayan desertado de las iglesias. El reproche se ha repetido machaconamente
-como único argumento a las precisiones que exigíamos
- hasta el punto de que aún hoy no sabemos qué
nota falsa ha podido emitir Jacques Gaillot, con relación
a la partitura inicial, el Evangelio.
"Nos hemos equivocado con Gaillot", nos han susurrado
algunos. El divorcio ha sido decidido. ¡Pero no por consentimiento
mutuo! Presentar a Gaillot como un "error de casting"
es revelador. ¿Como un prudente director de seminario
-él lo fue en el 68- ha llegado a ser un obispo molesto?
Esto pone en tela de juicio el sistema de cooptación e
incluso el de la reproducción de las élites. ¿Es
necesario, entonces, que un sacerdote, para acceder a una responsabilidad
episcopal, deba probar ante todo su docilidad? Con Gaillot, un
virus se ha deslizado en el formateado. Como personaje oficial,
Jacques Gaillot se ha arriesgado a adoptar un comportamiento
original y a interpelar a la sociedad sobre la injusticia, sobre
la exclusión, la sexualidad, el racismo.
Cuando otros obispos se agazapan en su diócesis, acaparados
por su administración, el ha escogido delegar y expresarse
en los medios de masas. Para los periodistas, esta época
ha sido pan bendito. Un papa que cuida la comunicación
y un obispo que "la abre". Muchos han creído
que la Iglesia había dejado de ser la Gran Muda y algunos
incluso habían soñado la democratización
de la venerable Institución. Pero nos han repetido también
que la Iglesia tenía "un funcionamiento propio",
que Jacques Gaillot había faltado a su misión,
etc. Y, argumento final,que no le correspondía reivindicar
Partenia como "diócesis sin fronteras ", al
servicio de los "sin". En dos palabras, ¡nosotros
estábamos completamente errados! Peor aún, nosotros
le perjudicamos, no diciéndole que debía renunciar
a sus manifestaciones de palabra y de obra. Nosotros, sus miles
de amigos, éramos casi un obstáculo suplementario
para la reconciliación. |
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Partenia sin fronteras
Expulsado Gaillot, habría podido tener la "decencia"
de callarse. La injusticia sienta autoridad, piensan ciertos
oponentes suyos. Él habría podido obedecer y aceptar
ser capellán de una prisión o de un hospital. Roma
-¡una vez más! Ya está bien- había
olvidado que el agitador no estaba sólo. Partenia no sería
una condecoración, un adorno, sino una verdadera diócesis.
La originalidad de Partenia está ahí. De castigo,
Partenia se convirtió en Espacio de Libertad. Jacques
Gaillot acepta una diócesis sin fronteras y sin catedral
y, al mismo tiempo, unos cristianos, más o menos próximos
a la Institución, y unos no cristianos que lo reconocen
como obispo. El tiempo de los dictados romanos ha pasado.
Evreux se aleja, llega Internet. Millares de intercambios.
Unas preguntas y propuestas de respuesta. Se esboza un catecismo
electrónico, hecho de originales reflexiones ancladas
en el siglo en movimiento. Jacques Gaillot ha escrito un cuaderno
de bitácora, fruto de sus encuentros en el mundo entero,
desde Chiapas hasta una línea del metro de París.
Otra etapa, "Partenia 2000", creada para "luchar
contra toda forma de exclusión, y para promover la comunicación
y la libertad de palabra en la Iglesia y en la sociedad"
se instala en la "Maison des Ensembles", el más
antiguo y mayor "squatt" de Paris. Esta presencia es
una verdadera diferencia con los otros obispos que están
autoconvencidos, con más o menos buena fe, de estar al
servicio de los excluídos. Partenia no está al
lado, por encima, a la derecha o a la izquierda de los excluidos,
"los heridos de la vida" para retomar un término
demasiado desresponsabilizante, sino en medio de ellos. En agosto
del 99, cuando 350 sin-papeles ocupan la MDE, Partenia permanece
y los apoya. ¡Porque no escoge a los que ayuda! Partenia
abre su puerta a los que llaman. Partenia tiene como ideal luchar
contra la exclusión sin proselitismo! El Evangelio no
es un chaleco anti-balas o un muletón de discurso calmante,
sino un riesgo a tomar.
- Algunos obispos - entre otros, Louis-Marie Billé,
Jacques Noyer, Georges Gilson, Gaston Poulain, Jacques David
- han aceptado recibirnos, escucharnos. No como a unos parias
o como unas ovejas descarriadas, sino como a mujeres y hombres
sinceros y de buena voluntad. No nos hemos cansado de decirles:
"Acoged a Jacques Gaillot como un obispo diferente, juntos
busquemos nuevos gestos". En los primeros meses del año,
una cena ha reunido a los obispos y Jacques Gaillot. El proyecto
del intercambio de cartas ha salido adelante. Hoy la Iglesia
francesa se atreve a retomar el asunto. Al Vaticano le toca ahora
escuchar al pueblo de Partenia y hacer un gesto. En mayo de 2000,
el resultado son dos cartas. Dos grandes pasos.
- Dos textos valientes. Portadores de futuro. Y de libertad.
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