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La Biblia a libro abierto |
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¡Los grupos actualizan y rejuvenecen gozosamente
los textos evangélicos!
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- Un camino de vida
- (Lc 21-5-19)
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En los últimos domingos del año litúrgico,
los pasajes evangélicos llevan la marca desconcertante
de lo catastrófico. También ocurre con el primer
domingo de Adviento. El texto de Lucas podría deprimirnos.
Afortunadamente, el enfoque viene dado por la palabra del final:
"la vida". Es como una señal de que la
vida tiene la última palabra sobre las noches más
oscuras y, en este texto, se puede leer en abreviado la vida
de Jesús de Nazaret y la nuestra.
Una vez más, Jesús abre los ojos de sus discípulos
sobre los soles falsos, la ambigüedad de los templos y los
donativos de los fieles: "No quedará piedra sobre
piedra, todo será destruido". |
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El encuentro verdadero con el Señor comienza por
el descubrimiento de la evidencias elementales: nuestro Dios
no necesita templos ni ofrendas; no está encerrado en
un lugar sagrado lejos del mundo. Por otra parte, Jesús
afirma: "Destruid este templo, y yo lo levantaré
en tres días". Con toda seguridad el habla de su
cuerpo carnal; pero nosotros, los miembros de su cuerpo, estamos
llamados a la misma experiencia. Antes de morir, tenemos unos
templos que destruir o dejar.
Tenemos que cambiar nuestra concepción pagana de lo divino
y abrirnos a la percepción de un Dios próximo,
en el que nosotros estamos y cuyo amor nos regocija. Esta intuición
espiritual no es un puro fruto de nuestras cavilaciones, es la
revelación del Espíritu que nos da Cristo resucitado:
"Yo lo reconstruiré". Aprendemos así
que somos piedras vivas, cada una tiene su lugar en el edificio
de una construcción nueva en medio de los humanos.
Y la entrada en esta casa no nos quita de nuestra condición
terrenal; no es un pararrayos contra las dificultades de la existencia.
Este pasaje de Lucas parece un diario televisado. Todo pasa allí:
los gurus iluminados, las guerras, los terremotos, las epidemias,
los inquisidores y talibanes que hacen violencia a los inocentes...
Para hacer frente a esto, tenemos dos consignas de Jesús:
"Poneros en guardia para no dejaros engañar"
y "no os preocupeis... no debeis inquietaros por vuestra
defensa... No perdereis ni un solo pelo de vuestra cabeza".
En dos palabras: prudencia y confianza. Este camino de vida implica
serenidad ante todo lo que se derrumba: puede ser el fin de un
mundo, pero no el fin del mundo. Algunos fijan su mirada solamente
en lo que desaparece o es golpeado.
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Pero uno puede mirar también a todo lo que se construye
hoy, lo que se renueva, lo que se inventa. El Reino de Dios está
constantemente en construcción, Jesús
nos lo confía para que lo hagamos crecer. |
Dios confía en nosotros; pero nosotros ¿confiamos
en él? ¿Dónde está nuestra fe? "Con
vuestra perseverancia alcanzareis la vida". |